«La representación del acontecimiento del nacimiento de Jesús equivale a anunciar el
misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría. El belén, en efecto, es como un Evangelio vivo, que surge de las páginas de la Sagrada Escritura. La contemplación de la escena de la Navidad, nos invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él.» (Papa Francisco «Admirabile signum»)
Que esta representación de la fragilidad del Niño Dios nos ayude a vivir este AÑO NUEVO con alegría, sencillez y humildad, dejándole que entre en nuestros corazones y en nuestros hogares.